miércoles, 17 de julio de 2013

BREVE ANÁLISIS DE MACBETH


Al comenzar la obra, lo primero que aparece son los personajes fantásticos: las brujas, que tienen la clara función dramática de anunciar la fatalidad. Éstas conciertan en la llanura el momento en que se encontrarán con Macbeth, y manifiestan cierto conocimiento de lo universal, su condición de irrealidad. o, más bien, de demencia. Así, el espectador/lector se adentra en el ambiente de la obra: espinoso, lóbrego y violento, y hasta puede imaginar el clima, que seguramente es nublado y brumoso.

Funcionan, reitero, como anunciantes de la fatalidad, recurso necesario en una tragedia. De inicio, a pesar de que son en apariencia festivas, su sola presencia no augura nada bueno. Conocen bien la condición humana y las historias de cada persona, y por eso saben qué decirle a cada quien. En cuanto a sus presagios, Banquo hace ver lo desproporcionado de la repercusión de ellos en Macbeth, ya que él reacciona tranquilamente con lo que éstas le dicen, y tiene reflexiones mucho más cuerdas sobre el asunto.
  
Creí que se trataba de una tragedia de error porque parece estar resaltado el asesinato de Duncan, pero Macbeth sigue derramando sangre como un vicio irremediable, por lo cual llego a la conclusión de que es de carácter.

Cuando lo nombran thane de Cawdor, Macbeth vive en contradicción al no aprobar sus propias elucubraciones de eliminar al rey para tomar su lugar, y aun así reconoce indispensable llevarlo a cabo. Parece que no acaba de convencerse aún después de que ya ha cometido el crimen, pero esto obedece a un síntoma de inmadurez que es obtener un beneficio sin ser responsable de los daños. Es por eso que encaja perfectamente con Lady Macbeth, porque dentro de su percepción distorsionada de la realidad, a ella la parte desagradable le parece placentera. Le gusta la idea de manipular al marido, para lo cual se engaña con la idea de que él es un inocentón que no se atreve a actuar para conseguir sus propósitos, y que ella es quien tiene que planear las cosas y hacerlas en nombre de él, como si fuera su madre. Quiere ser igual de sanguinaria que su esposo, pero no per se, como él, sino con un objetivo: obtener un bien que  recaerá en ella, pero que será principalmente para su marido, al cual profesa un supuesto gran amor, insano, que demuestra al pretender engrandecerlo a costa de cometer cualquier crimen, basándose en la idea de que él no es capaz de nada. Lo que lady Macbeth desea a nivel personal es ser ella la del poder, o al menos ostentar algo, ya que no puede poseer los títulos absolutos de thane o rey. Con estas maquinaciones se siente influyente, al menos sobre la voluntad de Macbeth, y él desde luego que desea ser rey, pero no se dan cuenta de que se están autodestruyendo porque a final de cuentas al Rey Duncan que lo maten o no le da igual, pues todo indica que él de cualquier forma no pensaba hacer nada en absoluto, excepto delegar sus deberes a todo mundo. Los que se quedan con un fétido olor a muerte y deben soportar lo ocurrido son los que aún viven, es decir, quien comete un homicidio es quien carga con él. Al muerto, aunque sea el agraviado evidente, qué más le da. 

Cuando Macbeth llega de la guerra, lady Macbeth arremete a aconsejarle cómo debe comportarse frente a Duncan, gesto por gesto, justo como lo haría cualquier madre, aunque una muy enfermiza y siniestra. Macbeth parece mostrarse renuente a entablar una conversación en ese momento o inclusive a hacerle caso a su mujer, posponiendo el momento de hablar, pero en secreto debe estar regocijándose, ya que dos mentes torcidas son mejores que una. Lo que pospone es tan solo el momento en que fingirá que a su esposa se le ha ocurrido todo, y así fraguar el regicidio de manera eficaz. Macbeth y lady Macbeth tienen una distinta postura hacia sus fechorías: ella es racional y fría, mientras que él es visceral y aprensivo, lo cual se complementa de una forma maravillosamente despreciable.

El asesinato de lady Macduff y sus hijos es el colmo en la desenfrenada carrera abominable de Macbeth, que se escabecha hasta a su mejor amigo, pero creo que no hubiera sido posible si ella no fuera demasiado idealista y plana. Esto se ve cuando conversa con el niño y le dice que los hombres de bien siempre cuelgan a los juradores, como si se pudiera distinguir tan fácil unos de otros, y el niño muestra un mejor juicio que ella al decir que hay más juradores para colgar a los hombres de bien. Posteriormente, cree ingenuamente que por su condición de mujer y que sólo con decirle al asesino que no hizo nada malo le perdonarán la vida a ella y sus niños, en vez de irse de allí corriendo en lugar de gastar el valioso tiempo despotricando contra su esposo.

Al final, Macbeth y lady Macbeth no ganaron nada, fue como conseguir un gran festín y que al probarlo supiera a estiércol. Solo la muerte los lavará de espectros, sangre y culpa. Lady Macbeth, como siempre más lúcida que él, tiene la decencia de autosuprimirse al no soportar la alucinación de tener las manos siempre ensangrentadas, pero Macbeth seguirá instalado en la necedad, aunque no por mucho tiempo, porque ya ha ido demasiado lejos como para que le sigan perdonando la vida. 

En cuanto a los presagios de las brujas sobre su muerte, lo que le trataron de decir es que lo matarán más temprano que tarde, por su temperamento, aún en las circunstancias más imprevistas, pero su soberbia lo hace creer que nadie es capaz de vencerlo, como si fuera indestructible u omnipotente. Cuando Macbeth muere, se cierra el círculo completo que empezó con el asesinato del rey, y culmina con el asesinato del rey, pero se abre uno nuevo, como en un ciclo interminable: el del siguiente rey que se elevó entre la sangre… 
      
Lo cual me recuerda el acertado título de la versión fílmica de Kurosawa, "Trono de Sangre", personalmente una de mis películas favoritas:


 (Una vez más no pude encontrar un clip con subtítulos en español)

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