miércoles, 27 de febrero de 2013

CANCIÓN FÚNEBRE PARA UN MARINERO


En su silla aún parece observar
pues de alguna forma se quedó
el humo de su luna ocular
junto al puro final que fumó

El frío mar hoy cubre su faz
pero sobre el muelle su andar
no se apagó ni se apagará
como un suave reflejo estelar

Su barco zarpó en un día de abril,
y la noche en agua se tornó
como un charco negro estancado
que cobija su cuerpo senil.

Ve, cínico viejo, olvidado:
los peces que querías atrapar
eran los sueños enredados
en tu cabellera de sal,
y tu antiguo ideal marinero
no es más que un perdido velero
sobre la inmensidad sideral.



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