Al comenzar la obra,
lo primero que aparece son los personajes fantásticos: las brujas, que tienen
la clara función dramática de anunciar la fatalidad. Éstas conciertan en la
llanura el momento en que se encontrarán con Macbeth, y manifiestan
cierto conocimiento de lo universal, su condición de irrealidad. o, más bien, de demencia.
Así, el espectador/lector se adentra en el ambiente de la obra: espinoso,
lóbrego y violento, y hasta puede imaginar el clima, que seguramente es nublado
y brumoso.
Funcionan, reitero, como anunciantes de la fatalidad, recurso
necesario en una tragedia. De inicio, a pesar de que son en apariencia
festivas, su sola presencia no augura nada bueno. Conocen bien la
condición
humana y las historias de cada persona, y por eso saben qué decirle
a cada
quien. En cuanto a sus presagios, Banquo hace ver lo desproporcionado de
la
repercusión de ellos en Macbeth, ya que él reacciona tranquilamente con
lo que
éstas le dicen, y tiene reflexiones mucho más cuerdas sobre el asunto.
Creí que se trataba de una tragedia de error porque parece estar resaltado el asesinato de Duncan, pero Macbeth sigue derramando sangre como un vicio irremediable, por lo cual llego a la conclusión de que es de carácter.
Cuando lo nombran thane de Cawdor, Macbeth
vive en contradicción al no aprobar sus propias elucubraciones de eliminar al rey para tomar su lugar, y aun así reconoce
indispensable llevarlo a cabo. Parece que no acaba de convencerse aún después
de que ya ha cometido el crimen, pero esto obedece a un síntoma de inmadurez
que es obtener un beneficio sin ser responsable de los daños. Es por eso que encaja
perfectamente con Lady Macbeth, porque dentro de su percepción distorsionada de la realidad, a ella la parte desagradable le parece
placentera. Le gusta
la idea de manipular al marido, para lo cual se engaña con la idea de que él es un
inocentón que no se atreve a actuar para conseguir sus propósitos, y que ella
es quien tiene que planear las cosas y hacerlas en nombre de él, como si fuera
su madre. Quiere ser igual de sanguinaria que su esposo, pero no per se,
como él, sino con un objetivo: obtener un bien que recaerá en ella, pero que será principalmente
para su marido, al cual profesa un supuesto gran amor, insano, que
demuestra al pretender engrandecerlo a costa de cometer cualquier crimen,
basándose en la idea de que él no es capaz de nada. Lo que lady Macbeth desea a
nivel personal es ser ella la del poder, o al menos ostentar algo, ya que no
puede poseer los títulos absolutos de thane o rey. Con estas maquinaciones se
siente influyente, al menos sobre la voluntad de Macbeth, y él desde luego que desea ser rey, pero no se dan cuenta de que se están
autodestruyendo porque a final de cuentas al Rey Duncan que lo maten o no le da
igual, pues todo indica que él de cualquier forma no pensaba hacer nada en
absoluto, excepto delegar sus deberes a todo mundo. Los que se quedan con un
fétido olor a muerte y deben soportar lo ocurrido son los que aún viven, es
decir, quien comete un homicidio es quien carga con él. Al muerto, aunque sea
el agraviado evidente, qué más le da.
Cuando
Macbeth llega de la guerra, lady Macbeth arremete a aconsejarle cómo debe comportarse frente
a Duncan, gesto por gesto, justo como lo haría cualquier madre, aunque una muy
enfermiza y siniestra. Macbeth parece mostrarse renuente a entablar una
conversación en ese momento o inclusive a hacerle caso a su mujer, posponiendo
el momento de hablar, pero en secreto debe estar regocijándose, ya que dos mentes
torcidas son mejores que una. Lo que pospone es tan solo el momento en que
fingirá que a su esposa se le ha ocurrido todo, y así fraguar el regicidio de
manera eficaz. Macbeth y lady Macbeth tienen una
distinta postura hacia sus fechorías: ella es racional y fría, mientras que él
es visceral y aprensivo, lo cual se complementa de una forma maravillosamente despreciable.
El
asesinato de lady Macduff y sus hijos es el colmo en la desenfrenada carrera abominable
de Macbeth, que se escabecha hasta a su mejor amigo, pero creo que no hubiera sido posible si ella no fuera demasiado idealista y
plana. Esto se ve cuando conversa con el niño y le dice que los hombres de bien siempre cuelgan a los juradores, como si se
pudiera distinguir tan fácil unos de otros, y el niño muestra un mejor juicio
que ella al decir que hay más juradores
para colgar a los hombres de bien. Posteriormente, cree ingenuamente que por su condición de mujer y que sólo con decirle al
asesino que no hizo nada malo le perdonarán la vida a ella y sus niños, en vez de irse de allí
corriendo en lugar de gastar el valioso tiempo despotricando contra su esposo.
Al final, Macbeth y lady Macbeth no ganaron nada, fue como conseguir
un gran festín y que al probarlo supiera a estiércol. Solo la muerte los lavará
de espectros, sangre y culpa. Lady Macbeth, como siempre más lúcida que él, tiene la decencia de autosuprimirse al no soportar la alucinación de tener las manos siempre ensangrentadas, pero Macbeth seguirá instalado en la
necedad, aunque no por mucho tiempo, porque ya ha ido demasiado lejos como para
que le sigan perdonando la vida.
En
cuanto a los presagios de las brujas sobre su muerte, lo que le trataron de decir
es que lo matarán más temprano que tarde, por su temperamento, aún en las circunstancias
más imprevistas, pero su soberbia lo hace creer que nadie es capaz de
vencerlo, como si fuera indestructible u omnipotente. Cuando Macbeth muere, se cierra
el círculo completo que empezó con el asesinato del rey, y culmina con el
asesinato del rey, pero se abre uno nuevo, como en un ciclo interminable: el del
siguiente rey que se elevó entre la sangre…
Lo cual me recuerda el acertado título de la versión fílmica de Kurosawa, "Trono de Sangre", personalmente una de mis películas favoritas:
(Una vez más no pude encontrar un clip con subtítulos en español)
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