Tal vez André Breton me desterraría de sus círculos, pero me tiene sin cuidado, y he aquí un breve ejercicio de escritura automática surrealista que (inconscientemente) bien podría llevar dedicatoria para cierto ex-galán:
El gorila ocultista desglosó sus
prólogos circulares de meditaciones podridas con su crueldad Steampunk
por lo
que presentó quejas de que interrumpí su metódico estudio de secreciones
alimentarias y opiniones
residuales de facsímil vapor. El invierno automático
habría sido marmóreo, pero rompió su espontaneidad
disgustada, y muerta su
memoria que a la venganza actual lo inducía magnética, y en el discurso
preciosista
decreció la vibración del poderío artístico de su decir
escatológico. Este pensador de goma escribió su ética
sobre la pedagogía
autoritaria de una Alemania anacrónica.
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